sábado, 30 de abril de 2011

Princess



Cuando era chiquita mi papá me decía "La Princess".

Pero no en términos cariñosos, mas bien significaba algo así como: "La Caprichosa". Él representaba un "plebeyo" de la corte que desganadamente complacía los caprichos de su princess. No me gustaba, la verdad. Pero igual me quedé en mi castillo, esperando algo, un buen tiempo. Hasta que me dí cuenta que mis necesidades no eran nada del otro mundo y sobretodo, que yo misma podía y debía satisfacerlas.

3 comentarios:

  1. esta lectura me recordó aquello de...ayer sabia lo que queria, hoy tengo claro lo que no quiero

    ResponderEliminar
  2. Nada como una princesa atenta a satisfacerse a sí misma en todos sus caprichos. beso!

    Lu

    ResponderEliminar
  3. satisfacerse a una misma debería ser obligatorio.

    ResponderEliminar